El historial médico europeo, una realidad cada vez más cercana

Eduard Rodellar

El Global

A inicios de febrero la Comisión Europea ha emitido una Recomendación en la que apunta diversas medidas para la creación de un sistema que permita a los ciudadanos de la UE acceder con más facilidad y de forma segura a sus historiales médicos, en formato electrónico, en todos los Estados Miembros. Sin duda un paso más hacia la convergencia europea en el ámbito sanitario.

Bien es cierto que en este ámbito los Estados Miembros -unos más que otros- ya han dado algunos pasos para que parte de los historiales médicos sean interoperables, en concreto los historiales médicos resumidos y las recetas electrónicas. Así por ejemplo, según indica la Comisión, desde este 2019 los ciudadanos finlandeses pueden comprar medicamentos utilizando sus recetas electrónicas en Estonia, y los médicos luxemburgueses podrán acceder a los historiales médicos de los pacientes checos.

Ahora la Comisión va un paso más allá y propone -no es una norma vinculante- que los Estados Miembros amplíen esta interoperabilidad a tres nuevos elementos del historial médico: las pruebas de laboratorio, los informes de alta y las imágenes médicas (TACs, resonancias, etc). Dicho texto también fija las bases de las especificaciones técnicas que deberían implementarse para hacer posibles y seguros estos intercambios de historiales médicos.

Qué duda cabe que el acceso a los historiales médicos, en formato electrónico, en toda la UE puede conllevar enormes ventajas a los ciudadanos europeos. Así, es de esperar que cuando un ciudadano se desplace por la UE y deba recibir asistencia sanitaria -especialmente asistencia no programada, o en caso de accidente- ésta pueda ser de mejor calidad, ya que en estos casos los profesionales sanitarios podrán acceder directamente a su historial médico -inclusive pruebas médicas ya practicadas- lo cual ahorrará tiempo y costes, a la vez que se aumentarán las posibilidades de prescribirle el tratamiento más eficaz y oportuno. Cuando el ciudadano en cuestión regrese a su país de residencia, la información del tratamiento recibido en el extranjero podrá integrarse en su historial médico. Todo ello ha de permitir aumentar la eficiencia y la sostenibilidad de los sistemas sanitarios. Del mismo modo, a mayor interoperabilidad, mayor volumen de datos sanitarios, lo que debería servir para, con el uso de técnicas de inteligencia artificial y “big data”, fomentar la investigación y ayudar en la toma de decisiones médicas.

A partir de ahora se abre un proceso de coordinación entre Comisión y Estados Miembros, con participación de todas las partes interesadas, en especial representantes del sector, profesionales de la salud y representantes de los pacientes. Con las contribuciones y opiniones recibidas, se establecerán unas directrices con el formato común de intercambio de historiales médicos electrónicos.

Como no podía ser de otra manera, la Recomendación también recuerda que la seguridad y la privacidad son esenciales para garantizar la confianza en el sistema, por lo que el acceso e intercambio de historiales médicos electrónicos -máxime tratándose de datos de salud- debe llevarse a cabo con exquisito respeto a la normativa sobre protección de datos.

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